Comunión Espiritual
“La Luz de Mi Corazón y de Mi Sangre puede circular por la sangre, dentro de ustedes, a través de cada nuevo acto de comunión.
Así se revela una parte del misterio de la reparación que las almas pueden vivir espiritualmente cuando, con entrega, reviven la dolorosa Pasión de su Señor.
En ese momento del acto de comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre es posible justificar ante el Padre Celestial y Su Divina Ley, los posibles errores cometidos.
De esa forma, el alma o las almas reciben una expiación reparadora porque la Sangre disuelve espiritualmente los pecados cometidos contra los mandamientos celestiales.
Por medio de la Sangre de Jesús, los penitentes reconocen el poder y al mismo tiempo, el misterio del Amor consolador de Jesús.
Así la vida se purifica, pero también se sublima a través de los méritos espirituales concedidos por el sacrificio y la entrega de Cristo por todo el género humano”.
Cristo Jesús, 23 de enero de 2020